- Editorial:
- ALMUZARA
- Año de edición:
- 2014
- Materia:
- Novela histórica
- ISBN:
- 978-84-16100-21-7
- Páginas:
- 328
- Encuadernación:
- Rústica
EL AROMA DEL ARRAYÁN : EL CREPÚSCULO NAZARÍ
GALIANO RUBIO, MARCELIANO
Said, un joven morisco hijo de un cristiano renegado y una musulmana, es el protagonista de esta memorable novela histórica en la que narra de primera mano cómo transcurría la vida cotidiana de Granada a mediados del siglo XV, en las postrimerías del rutilante reino nazarí. El lector le acompañará por todo Al-Ándalus, así como por lejanas ciudades de África, y en su periplo asistirá fascinado a la orgía de lujo de los sultanes, entregados a los placeres del harén; al combate más encarnizado y feroz, como el que enfrentará a las tropas cristianas de Rodrigo Ponce de León con las de Abu-l-Hasan en Alhama; al esplendor de los caballos enjaezados con terciopelo carmesí y las estancias con aromas de almizcle y aceite de sándalo... Asistiremos a su iniciación con el otro sexo, y a la cálida relación con su poderoso y docto abuelo, que le inculca de manera indeleble el amor a los libros, por los que llegará a poner en peligro su propia vida para salvarlos de la hoguera. Marceliano Galiano, autor asimismo de El cautivo de Granada, evoca con singular viveza un momento crucial en la historia de la Península Ibérica, en el que la cultura árabe vivió su apogeo logrando aportaciones esenciales en las más diversas áreas del conocimiento, y dejando tras de sí un legado que todavía perdura.
Marceliano Galiano nació en Toledo (1942), ciudad donde convivieron judíos, musulmanes y cristianos. Es autor de El Cautivo de Granada (Almuzara, 2013). Seducido por el desarrollo de las ciencias y el conocimiento en la España musulmana, e intrigado por los azarosos acontecimientos que tuvieron lugar hace más de quinientos años en lo que fue el reino nazarí de Granada, recorrió todos los enclaves donde tuvieron lugar para escribir esta novela, en la que los protagonistas son gentes pertenecientes a la âmma, la escala social más humilde de la población andalusí, menospreciada por los cronistas y auténticos perdedores de aquella cruenta guerra.