- Editorial:
- PIRAMIDE, EDICIONES
- Año de edición:
- 2016
- Materia:
- Sociedad y cultura
- ISBN:
- 978-84-368-3581-6
- Páginas:
- 328
- Encuadernación:
- Rústica
ABUSO DE INTERNET: ¿ANTESALA PARA LA ADICCIÓN AL JUEGO DE AZAR ON-LINE?
ENRIQUE ECHEBURÚA ODRIOZOLA (COORD.)
El abuso de Internet puede interferir negativamente en la vida cotidiana de algunas personas y afectar al rendimiento académico, al laboral, a la calidad de las relaciones sociales y a una ocupación sana del tiempo libre. Las personas más vulnerables pueden encontrar en la Red una vía de engancharse al juego, al sexo o a otras conductas problemáticas.Así, el juego online, en sus diversas modalidades, ha irrumpido con fuerza en la actualidad y ha adoptado formas más atractivas para personas jóvenes, como las apuestas deportivas. De hecho, el juego en Internet (por ejemplo, el póquer online, los casinos y bingos online o las casas de apuestas), en la medida en que facilita el anonimato, es accesible en cualquier momento y lugar y está al alcance de los menores, plantea retos nuevos y requiere una reacomodación de los programas de prevención que tienen que adaptarse a estas nuevas características.El objetivo de este libro es hacer una puesta al día, con los investigadores españoles más representativos en este ámbito, de lo que suponen psicológicamente el abuso de Internet y el juego de azar online, porque hay una estrecha relación entre ambos factores. Se trata de analizar el problema de las nuevas tecnologías (videojuegos, dispositivos móviles) en sus justas dimensiones, precisar los factores de protección y de riesgo para la implicación en conductas problemáticas y determinar las vías de prevención a nivel familiar, escolar y social. Este texto es de interés para los profesionales de la psicología, pero también para los padres y educadores que están interesados en prevenir adecuadamente el abuso de Internet y del juego online en los jóvenes y adolescentes, así como para los gobiernos y los empresarios de la industria del juego que, en el ámbito de su responsabilidad social, deben implicarse en políticas activas de juego responsable.